La imagen de esta edición es una ilustración de Miguel Brieva que, en forma de sátira, representa la lucha entre los surfistas libres y los “corporativos” en un mundo donde las olas artificiales se mueven con energía nuclear camuflada como renovable. Una crítica rotunda a lo que va a ocurrir en Japón, donde 3 olas perfectas serán enterradas para la construcción de la villa de vela de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.

Osaki, Kabune e Inamura son tres olas muy importantes en Japón y conocidas por surfistas de todo el mundo. Esta última es una ola de clase mundial, donde se celebró el campeonato de olas grandes Inamura Classic en 2013. La construcción del rompeolas para los Juegos Olímpicos de Tokyo terminará con estos spots. Siempre estaremos en contra de cualquier intervención que afecte de manera negativa a la costa (y al medio natural), pero más cuando ésta se plantea en los JJOO en los que se discute la aceptación de surf como deporte olímpico a partir de olas artificiales.

Nos parece un ejemplo perfecto de la neurosis que gobierna nuestra sociedad. Destruimos joyas naturales para, a su vez, emular la naturaleza con artificios. Una contradicción con la que el mundo del surf tendrá que vivir si un día este deporte llega a ser olímpico, aunque parece que esto no ocurrirá en 2020. Lo que sí es seguro es que en cuatro años perderemos 3 olas más.

Fuente: http://www.save-our-kotsubo.com/album/a.html  y nuestros muchos amigos japoneses.

*La imagen que os mostramos nos la mandan desde Japón pero, sinceramente, no sabemos si corresponde a la construcción que os hemos comentado. Es parte del problema del hermetismo japonés con el que nos encontramos.